Si eres verano o no tomas lácteos por las múltiples razones que pueden llevarte a ello, este queso feta casero, se prepara súper fácilmente y queda muy, pero que muy bien en mi ensalada tipo griego.

INGREDIENTES:
- 150 gr de almendra muy molida
- 2 dientes de ajo
- 100 ml de agua
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 3 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 cucharadita de sal tamaño café.
Para empezar, debes saber que tienes que poner la almendra a remojo con el agua . Mínimo 1 hors aunque si lo dejas cinco horas aún quedará mejor. Se formará una pasta que dará nuestra consistencia al » queso».
Si tienes la suerte de tener una buena batidora, sáltate este paso.
Pon en la batidora todos los ingredientes, el agua, los ajos, la sal, las almendras hidratadas o no y el zumo de limón. Bate bastante, hasta que veas claramente una pasta suave.
Coloca dentro de un bol, un colador cubierto con una gasa, paño de cocina limpio o tela de algodón, y echa la masa suave para que destile el agua.
Cubre con el paño restante y déjalo soltar el agua durante tres horas siempre en la nevera.

Pasado ese tiempo, se habrá quedado una masa prieta que es nuestro queso.
Pintalo con aceite de oliva y mételo al horno dentro de un pequeño recipiente de hornear durante 30 minutos a 160° con el aire encendido.
En cuanto se enfrie tras el horneado podrás tomar un quesito feta que nada tiene que envidiar a los que se hacen con leche.
Se conserva muy bien en un tupper de cristal cerrado, para que puedas usar un poquito cada día en tus ensaladas…o en lonchas en tus sándwiches o en donde te apetezca.
La imaginación al poder!
Yo hoy lo he puesto en mi ensalada, con tomate , pepino, aguacate, cebolla, lechuga romana, el queso, aceite de oliva, vinagre de manzana, unas gotas de zumo de limón, orégano y sal.
Que os aproveche!!



